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Gise

jueves, 9 de julio de 2009

Cuernos (enviado por mail)

Esto ocurrió hace unos años, mi nombre es Maria y por aquel entonces tenia unos 26 años. Soy casada y con mi marido Juan, estábamos pasando un mal momento de nuestra pareja. Yo siempre había sido una mina que iba al frente y el un tipo arrollador, pero los primeros años de convivencia habían minado nuestro deseo y el (como relatamos en “como disfruto mi mujercita”) había dejado de mirarme con deseo. Hay que aclarar que yo tampoco actuaba como antes, y si bien seguía siendo una mujer atractiva había dejado de cuidarme y arreglarme tanto.

Hasta ese momento no habían habido infidelidades de mi parte (de su parte no lo se) pero su falta de interés cada vez me afectaba mas. Teníamos relaciones en forma espaciada, en ocasiones pasaban casi 30 días sin ningún tipo de contacto y cuando lo hacíamos era un sexo rutinario y mas de compromiso que otra cosa. La cuestión es que yo con mi 1,73m, 52 Kg. y una muy buena figura, cuando andaba por la calle o en el trabajo tenia muchísimas propuestas, pero si bien nunca fui de quedarme atrás, no había aceptado ningún embate.Pero bien, su falta de interés, fue generando en mi cierta bronca, un deseo de gritarle en la cara cuanto me deseaban otros hombres y que frustración me provocaba su desinterés.Entonces me propuse empezar a contarle cada vez que alguien quería levantarme, y así lo hice, esperando en el algún tipo de reacción, pero cuando yo le mostraba alguna tarjeta personal que me habían dado en la calle, el solo me preguntaba si lo quería llamar, sin mostrar demasiados celos, yo le decía que no, y entonces el no me hablaba mucho mas del tema.Fuero pasando los días sin reacción de su parte hasta que sentí que hubo un cierto clic en mi interior, me desperté decidida a llevar la cosa hasta las últimas consecuencias y a revivir en mí a la hembra fatal que una vez había habitado mi cuerpo. Si el quería aprovecharla mejor, y si no, no me iba a costar mucho trabajo encontrar a quien quisiera hacerlo. Ese día después de comer, me bañe y me empecé a depilar, dándole especial atención a la cola y a la cuchita y procurando que el me viera hacerlo. Después me puse una tanga negra, tipo hilo dental, que a el le encantaba por como remarcaba mi cola, y me pasee por la habitación buscando ropa como para que el lo viera. Arriba me puse una remerita corta sin corpiño y con la espalda libre y un pantalón verde manzana que se me pegaba al cuerpo y dejaba adivinar la tanguita que tenía debajo. Cuando me vio producirme me pregunto a donde iba, y yo le dije que a pasear por ahí y quizás a lo de una amiga, el me pregunto si para eso me vestía así y yo le dije que lo hacia para ver si le interesaba a algún tipo durante mi paseo. El me miro y solo me dijo que me cuidara de no “pasear” demasiado, en forma irónica, pero sin mucho intento por detenerme. Eso fue para mi el colmo, agarre mi carterita y salí a la calle con muchísima bronca, empecé a caminar sin mirar para atrás y al llegar a la esquina me pare y me di vuelta, para ver si me había seguido, pero no, ni siquiera había salido a la puerta, entonces durante esos segundos que estuve ahí parada en la esquina mirando para atrás, paro un auto a mi lado, cuando mire, vi. que al volante había un chico de unos 20 años que no estaba nada mal y me decía lo linda que era y me invitaba a ir a tomar algo por ahí. Yo volví a mirar atrás esperando que Juan saliera y me viera, pero eso no paso, entonces con toda mi bronca retenida me di vuelta y le dije que no podía ir a tomar algo por ahí porque era casada y mi marido podía verme. El me empezó a decir que no pasaba nada que nadie me iba a ver y esas cosas, hasta que me dijo como al pasar, que sino podíamos ir a tomar algo a su casa que nadie me iba a ver ahí. Entonces volví a mirar para atrás y totalmente decidida me subí al auto y le dije, bueno, vamos a tu casa. Yo creo que lo agarré totalmente por sorpresa porque se quedo mudo y no arrancaba, hasta que reacciono y salimos. Para cuando llegamos a la casa y entramos yo estaba cada vez mas decidida, entonces le pedí que me mostrara el lugar. Llegamos a la habitación y yo le di un gran beso de lengua y le dije que fuera a buscarme algo para tomar, el salio y demoro unos minutos sirviendo gaseosa, cuando volvió con los dos vasos en la mano, me encontró vestida solo con la tanguita, arrodillada en la cama. El pibe no lo podía creer y de la emoción casi se le caen los vasos, le pedí que se quedara quieto y no soltara los vasos y acercándome le empecé a refregar la cola (mi mejor atributo) contra el pantalón, el quería dejar los vasos pero no tenia donde apoyarlos, entonces me arrodille y le baje el pantalón, mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme con un pedazo impresionante que además de largo era gruesísimo y particularmente cabezón, no lo dude un segundo y como pude me lo metí en la boca y se la empecé a chupar con pasión, luego de unos minutos al darme cuenta que estaba por acabar, lo deje seguir y, contra mis normas, ya que en ese momento no me importaba nada (fui una inconsciente con suerte), me trague toda la leche, que me desbordo porque la acabada fue impresionante y me corrió por el mentón y las tetas. Recién ahí el se sonrió y lo dejé bajar los vasos y sacarse la ropa. Entonces me llevo a la cama y me hizo montarlo en un 69, y mientras me comía la conchita y la cola sin sacarme la tanguita, yo se la seguí chupando hasta que la tuvo bien dura de nuevo. Entonces lo empecé a montar dándole la espalda y a cabalgarlo salvajemente, yo era una maquina aceitada para el sexo y el respondía en forma admirable. Me di vuelta y lo seguí montando, solo que esta vez mirándolo de frente, y así estuvimos un largo rato (mas de 15 minutos) hasta que me acabo adentro inundándome, yo, que me estremecía de mi tercer orgasmo, me quede quietita con la pija todavía adentro, entonces me di cuenta que, no solo no se le había bajado sino, que además ya estaba empezando a moverse de nuevo. Me pego unas cuantas bombeadas en esa posición hasta que sentí que la tenia bien dura de nuevo, entonces me dio vuelta, me acostó boca arriba al borde de la cama y después de sacarme la tanguita toda empapada, ahí nomás me ensarto de lleno, haciéndome poner las piernas en sus hombros. Era una bestia, me bombeaba con una fuerza impresionante y no paraba un segundo, después de un largo rato me puso de costado, en cucharita, que es como mas me gusta, y me siguió dando sin asco, hasta que la saco y me acabo otra vez en la boca haciéndome tragar hasta la ultima gota. Para este momento tengo que aclarar que a mi el sexo me gusta mas pausado, me gusta que me hagan rogar y después me den duro, pero esta bestia (no hay otra forma de llamarlo) me partió de una forma impresionante y creo que por mi bronca acumulada y la falta de sexo que llevaba encima disfrute de esa forma salvaje de hacerlo.Bueno, estuvimos ahí tirados, en una cama llena de jugos y olores unos 15 o 20 min., sin podernos levantar y totalmente en silencio, hasta que yo me fui al baño a ducharme. Hacia unos 10 minutos que yo estaba bajo el agua tibia cuando lo sentí entrar a la ducha, entonces, amarrándome desde atrás, empezó a besarme el cuello y mientras me agarraba una teta con una mano con la otra me empezó a meter los dedos en la conchita, todo desde atrás. Entonces me dice que todavía no me podía ir, porque se había dado cuenta que todavía no me había hecho la colita. Y agarrando la crema enjuague, ahí, bajo la ducha me empezó a meter los dedos encremados en la cola, siempre desde atrás. Yo, que ya me había calentado de nuevo, me di vuelta y se la empecé a chupar otra vez, para mi sorpresa se le puso tan dura como la primera vez. Entonces me hizo parar y levantándome me hizo montarlo a caballito, de parado, mientras me apoyaba contra la pared. Así estuvimos un rato hasta que sin dejar de ensartarme me llevo en andas hasta la cama y, toda mojada por la ducha como estaba, me tiro en la cama y me hizo poner en cuatro. Yo, que nunca le había negado la cola a nadie, me asuste por el diámetro que portaba, pero ya estaba jugada y no dije nada. Por suerte fue lo único que, al inicio por lo menos, hizo suavemente, y me dejo ponérmela a mi, para ir regulando el dolor, que igual fue mucho. Después de tenerla toda adentro y de empezar a moverme despacito, el dolor fue dejando paso al placer y gracias a la crema de enjuague que me había puesto, la verga se empezó a deslizar con una facilidad increíble. Bueno, así me tuvo, montándome de una manera salvaje mas de media hora sin parar y haciéndome la cola en todas las posiciones posibles, ya que luego me puso de costado y después me hizo montarlo de varias formas. Yo si bien al principio disfrute mucho el sentir la cola tan llena de pija, y llegue a acabar un par de veces en esa posición, al final solo estaba deseando que terminara porque no daba mas. Por eso me esforcé todo lo que pude y empecé a moverme al compás de sus embestidas en forma ostensible, y a decirle cosas calientes para excitarlo (aunque no soy de hacer eso normalmente), hasta que por fin después de un rato interminable, en el cual nunca paro nunca de bombearme a un ritmo salvaje, me acabo ruidosamente en la cola.Ahí si, me duche rápido (no fuera cosa que quisiera entrar de nuevo), y casi sin poder caminar junte mi ropa y me la puse. Le pedí el tel, y le dije que me iba por mi cuenta, salí caminando como pude y di un gran rodeo antes de llegar a casa para que se me secara bien el pelo y no se me notara tanto la cojida que me habían pegado.Para hacerla corta (no lo fue), cuando llegué a mi casa Juan me pregunto donde había estado y yo le dije que paseando. Y paso lo peor, se le ocurrió hacer el amor, creo que por la calentura que le genero mi respuesta, yo no sabía como rechazarlo, mitad por cansancio, mitad porque se iba a dar cuenta. La cosa es que no pude negarme, pero lo hicimos rápido y en la pose del misionero. Si me hubiera hecho poner en 4 o yo no me hubiera sacado en seguida la tanga y la hubiera tirado al suelo, se hubiera dado cuenta seguro porque tenia la cola como una cacerola y la bombacha empapada, por suerte no me lo pidió ni trato de hacérmelo por ahí, hubiera sido fatal.De ese día pasaron muchos años, yo volví a ver a mi muchachito un par de veces mas pero nunca logré que aprendiera a regular, por eso, por yo no tener ya tanto acumulado y por culpa, no volvió a ser igual y deje de verlo.Mi marido solo se entero de esto por mi boca, hace poco tiempo, y yo me enteré que así es como le gustaba verme, una hembra fatal.Ya hemos hecho varios tríos juntos y estamos a la espera de tener contacto con otra pareja. Nuestro vida sexual hoy es plena y yo recuperé a un macho impresionante que sabe hacerme sentir todo en el momento justo.Pero, amigos, nunca voy a olvidarme de la tremenda zarandeada que me pegó aquel muchachito hace algunos años.

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